La Cubilla - Cotobello

Espectacular ruta por el corazón de la montaña central asturiana, con un tráfico prácticamente inexistente en las subidas, y unos paisajes de película.

Desde nuestra localidad de residencia para el viaje, Mieres, salimos remontando el valle hacía Pola de Lena. Seguimos hasta Campomanes, donde cumpliremos ya 20 kilómetros de etapa, en los que poco a poco hemos ido ganado altitud, y nos han servido de calentamiento. A partir de Campomanes, comienza la larguísima ascensión hasta La Cubilla. Se trata de un puerto con unas vistas espectaculares, una carretera algo bacheada por la que vamos remontando la montaña, serpenteando por las laderas, rodeados de ganado, a los pies de magnificas montañas.

Denominada por muchos como "La ascensión más bella", La Cubilla es un puerto muy diferente a sus vecinos de la zona. Sin grandes rampas (solo puntualmente se llega al 10%), la dureza la marcan sus 28 kilómetros. Un primer tercio por una carretera más ancha y en buen estado entre el 1,5% y el 5% nos sirve de aproximación, para encarar una segunda parte muy larga con 18 kilómetros entre el 4,5% y el 8,5%, que cuanto más avanzamos más nos enamora. Después de un par de horas de esfuerzo, llegamos a la cima, humilde, en la frontera con la provincia de León.

Largo descenso y después de un avituallamiento en Pola de Lena, cambiamos de valle, para recorrer ahora rio arriba el valle del Aller, hacía el este, en busca de la ascensión a Cotobello.

Se trata Cotobello de una ascensión de 10 kilómetros exactos, con solo una vertiente, como muchas de las subidas de esta zona. La carretera, muy constante entre el 7% y el 11% en toda la subida, va subiendo a través de un agradable bosque que nos permite disfrutar de algunas sombras en días calurosos. Con rampas máximas del 12%, todos los kilómetros resultan exigentes, ya que no tiene apenas ningún descanso. A pesar de que no disfrutamos de unas vistas muy espectaculares durante los primeros kilómetros, en los últimos 2 ya empezamos a vislumbrar las antenas del Gamoniteiru hacia el oeste, y en la cima esto cambia y podemos acercarnos al mirador que nos muestra todo el valle del Aller hacia el este, con el puerto de San Isidro de fondo, y una postal realmente inolvidable de la montaña central asturiana. Realmente merece la pena el esfuerzo.

A partir de aquí, bajada del puerto (cuidado con los agujeros en la carretera que ya nos costó un susto y pinchazo) y a favor del valle de vuelta a Mieres.