RUTA RÍO UMIA - RUTA DA PEDRA E DA AUGA (Ruta de la Piedra y del Agua) 22/07/13

En nuestras vacaciones en el camping Baltar en Portonovo-Sanxenxo (Pontevedra) mi mujer, Dina, y un servidor, alternamos la playa y el senderismo. De nuestra afición a la montaña surgió la idea de la realización de estas dos fáciles rutas: Ruta del Río Umia – Ruta da Pedra e da Auga (Ruta de la Piedra y del Agua).

Para describir la relajante Ruta del Río Umia y la bellísima y afamada Ruta da Pedra e da Auga tendría que ofrecer una información demasiado extensa para plasmar con exactitud la importancia de la cultura etnográfica y su belleza paisajística, por lo que intentaré destacar lo más relevante de cada una de ellas.

En su origen, las cuatro rutas existentes en la Comarca de O Salnés (Ruta de la Piedra y del Auga; Ruta del Río Chanca; Ruta del Río San Martiño y Ruta del Río Umia) son de ida y vuelta, y se pueden hacer todas por separado. Sin embargo, nosotros las hemos enlazado y realizado en dos días: el día 19 las tres primeras (haciéndola circular) y hoy, día 22, la primera y la última, que son las que nos ocupan en este artículo, uniéndolas en una sola. De ellas, la Ruta da Pedra e da Auga es la más cualificada y célebre por su belleza, excelente señalización y conservación.

Como nos faltaba la Ruta del Río Umia para completar las cuatro rutas existentes en la Comarca de O Salnés decidimos realizarla hoy. A la vez, repetimos la Ruta da Pedra e da Auga porque, además de su gran belleza, las fotos habían salido demasiado oscuras (no somos expertos en fotografía) debido a que es una ruta muy sombría y que habíamos salido muy temprano (ver: Ruta da Pedra e da Auga - Ruta Río Chanca - Ruta Río San Martiño, 19/07/13).

Para enlazar estas dos rutas de ida y vuelta (ambas rutas están comunicadas y reconocidas como variante del camino jacobeo portugués) creímos conveniente comenzar en la Rotonda de Barrantes (por estar más centrada respecto al trayecto a realizar). En este lugar, hay una caseta de Información y Turismo y un aparcamiento. Después de caminar, finalizamos la Ruta del Río Umia en el Puente de Pontearnelas y luego regresamos a la Rotonda de Barrantes para continuar hasta el Monasterio de Santa María de Armenteira, en donde finaliza la Ruta da Pedra e da Auga. Desde este lugar estratégico, repetimos la Ruta da Pedra e da Auga y retornamos, de nuevo, a la Rotonda de Barrantes, en la cual finalizamos esta fantástica ruta que describo a continuación.

RUTA DEL RÍO UMIA: Esta placentera ruta destaca por su caudaloso río, en el que viven infinidad de peces llamados, según los lugareños, “muges”. También destaca por su paseo fluvial entre Barrantes y Pontearnelas y sus cuatro puentes (Puente de Barrantes, Puente de Cabanelas, Puente de Santa Marta y Puente de Pontearnelas). Además, en la zona existen cuatro pazos: Pazo de Barrantes (la ruta pasa a su lado), Pazo da Pedreira, Pazo do Monte y Pazo Quinteiro da Cruz; y también lavaderos y fuentes.

El sendero, que es de buen firme y totalmente llano, sigue, en principio, el curso del río Armenteira para luego desembocar en el Umia a la altura del puente de Barrantes.

Esta vez hemos preferido comenzar con esta ruta, ya que la Ruta da Pedra e da Auga es conveniente realizarla a plena luz del día para poder apreciar toda su belleza y plasmarla en imágenes.

Comenzamos en la Rotonda de Barrantes. Saliendo de ésta y girando a la derecha, acompañamos, en un principio, al río Armenteira siguiendo las señales PR-G 173. Pasamos al lado del estupendo Pazo de Barrantes (al otro lado del río Armenteira) y continuamos unos 700 m hasta el Puente de Barrantes, que tiene al lado del río una zona con arboleda, mesas y bancos de piedra a modo de merendero. Pasamos éste por un pequeño y estrecho túnel para salir a una explanada que sirve de aparcamiento y presenta una gran piedra central. También vimos un panel explicativo y el perfil de la ruta, un poste de electricidad y dos grandes piedras que impiden el paso a vehículos a motor. En este lugar es donde realmente comienza el paseo fluvial que va hasta Pontearnelas, el final de la ruta.

Caminamos entre viñedos del renombrado vino Albariño de las Rías Baixas y maizales, para luego contemplar, en la orilla del río, miles de grandes peces conocidos como “muges” que suben, desde la ría, río arriba para desovar. Después vimos una llamativa cascada producida por una retención artificial en el río y un embarcadero en la orilla derecha. Casi sin darnos cuenta, llegamos al Puente de Cabanelas y su área de descanso, donde están ubicados la piscina municipal, un merendero, varias pistas deportivas y un embarcadero deportivo (en este caso, en la orilla izquierda). Lo cruzamos y continuamos la marcha, sin apenas esfuerzo, hasta llegar a otra bonita zona de descanso con mesa, banco y papelera de madera; todo bajo una buena sombra que proporcionaban los árboles. Más adelante, vimos a la derecha, en la otra orilla, otro embarcadero.

Continuamos rumbo al tercer puente: el de Santa Marta; que, en gran parte, presenta un arco superior de estructura metálica. Lo cruzamos por debajo a través de una pasarela de madera y, al poco rato, llegamos al famoso puente de Pontearnelas o de los Padrinos. Fue reconstruido en el s. XVI, quedando como testigos un escudo y una inscripción en una placa en bronce, donde se lee: “IV centenario da reconstrucción da ponte por Felipe II (1598 – 1998)”. Lo atravesamos por uno de sus “ojos”, casi tapado por la tierra, que sirve de camino para cruzar al otro lado y entrar en la población del mismo nombre, Pontearnelas. Finalmente, el camino llega a una capilla dedicada a Santa Marta.

Desde allí, regresamos por la otra orilla del río utilizando el puente. Al otro lado, encontramos una zona con barbacoa y un larguísimo banco de cemento para luego llegar de nuevo al puente de Santa Marta. Cruzamos el río otra vez para salir a la ruta fluvial por la que habíamos ido antes, ya que por aquella orilla no continuaba el paseo. De vuelta ya por el mismo trayecto de la ida, solamente nos desviamos un poco antes del final para ir a un lavadero metido en el mismísimo río Armenteira. A su derecha, un puente con piso de piedra de cantería y barandillas de madera. Poco después llegamos a la rotonda de Barrantes, dando por finalizada esta relajante ruta. En el aparcamiento, descansamos unos minutos mientras tomábamos fruta y unos rosegones antes de partir, nuevamente, para hacer la Ruta da Pedra e da Auga que comento a continuación.

RUTA DA PEDRA E DA AUGA: Esta ruta transcurre entre los ayuntamientos de Ribadumia y Meis. En esta ocasión, la dejamos para el final (a partir de mediodía), ya que el día 19 había sido un error comenzar tan temprano.

Esta encantadora y refrescante Ruta da Pedra e da Auga transcurre siguiendo el río Armenteira por una senda fluvial, iluminada (de noche) en buena parte del recorrido. Se pasa entre viñedos del afamado vino Albariño y tierras de labranza, en su mayoría sembradas de maíz (de ahí los numerosos molinos). Es quizá la ruta mejor señalizada de entre todas las que conocemos (es posible que esté a la altura, o supere, a la archiconocida Ruta del Cares). No hay un desvío o cruce de caminos sin señalizar con las marcas oficiales de pintura blanca y amarilla (PR = pequeño recorrido), bien visibles y muy frecuentes; así como con postes de dirección con el PR-G 170, puentes de madera en perfecto estado, papeleras de la misma materia prima, paneles explicativos sobre los 33 molinos de ingeniosa y férrea construcción a lo largo del recorrido (dos de ellos convertidos en baños; y gran parte de ellos restaurados en una primera fase), pilares con placas explicativas del nombre de la flora y fauna, postes con puntos kilométricos, áreas de recreo, molinos con mesas y bancos, bar, barandillas, fuentes, lavaderos,… Además, dos detalles importantes a reseñar: 1) como es la variante reconocida del camino jacobeo portugués (coincidente con nuestra ruta) se observan unas originales señales con la concha, la cruz de Santiago y una flecha amarilla. 2) en los escasos cruces de carretera han puesto pasos de peatones.

Entre todo ello, cabe destacar el lugar conocido como Aldea Labrega, enclavado en una explanada, es un conjunto de numerosas esculturas talladas en granito imitando un pequeño pueblo en el que podemos ver: una ermita con su “cruceiro” (crucero), un carro antiguo, personas realizando labores, una cerda amamantando a sus crías, otros animales, horno de cocer el pan, hórreo, pozo, fuente, etc. Es decir, una fantástica representación en granito de la tradición y artesanía de los canteros de la provincia de Pontevedra.

El sugestivo río Armenteira presenta escaso caudal pero discurre por parajes de gran belleza, atravesando a su paso molinos. Ambas orillas están provistas de un tupido arbolado y abundante musgo que hacen muy sombría la zona. Esto, junto a unas pequeñas y bonitas cascadas y unas pozas de agua clara le confieren un aire idílico al lugar.

También destaca el Monasterio de Santa María de Armenteira (en restauración). Fundado por un monje (Ero), su construcción data del siglo XII. Reseñar el gran rosetón central que decora la fachada, además de una gran entrada con arco y un “cruceiro” que preside su patio; todo ello en piedra de cantería. Aquí concluye esta preciosa ruta.

Después de comer en el patio del monasterio una vez más, y de tomar unas consumiciones en el bar “Arume”, regresamos por el mismo itinerario (excepto un ligero desvío para pasar por un área de recreo) para concluir en la Rotonda de Barrantes desde donde habíamos partido. Distancia total: 27.5 km. Tiempo total: 09:22 horas.

Sentimos gran satisfacción por terminar estas dos rutas (os recuerdo que se pueden hacer individualmente). Además, os aconsejo realizar esta fantástica Ruta da Pedra e da Auga a plena luz del día para poder captar con vuestra cámara los maravillosos rincones de su precioso recorrido.

Seréis felices si conseguís emprender estas bellas rutas por ¡¡Buen camino!! Que disfrutéis de ellas.

Un saludo.