2021 09 29 Arremoulit

Para senderistas, la ruta se acaba tras superar el último lago de los de Arriel.

Para los "todo-terreno", el problema comienza en una cualquiera de las brechas que separan los picos Arriel y Arremoulit, desde donde el cuerpo ha de someterse al estrés que siempre provoca el vacío bajo los pies.

Para los escaladores, el problema no es más que "Bastante Difícil inferior"

Desde el más alto de los ibones de Arriel, esta ruta discurre entre canchales potentes, pedreras inestables, pedrizas penosas y pequeños tramos de agradable tasca alpina.

Desde el collado de Arremoulit (que separa nuestro objetivo del pic del Col de Palas), la ruta es muy umbría, severa, salvaje; con nieve hasta bien entrado el verano. Lenta pero sin dificultades especiales.

Desde la brecha donde también comienza la arista oriental al pico de Arriel, se inicia la verdadera aventura de altura, que exigirá utilizar las manos hasta llegar a la misma cima.

Un gendarme inicial (II) se puede sortear por el norte con la misma dificultad aunque con menos exposición que escalándolo por la misma arista.

Un segundo gendarme sorprende por su verticalidad al otro lado, pero mirando bien se encuentra una escalereta (I) de bajada. (Desde esta brecha inicié la bajada desde la cresta, dirección sureste, tras volver de la cima)

Un muro ancho con muchas y buenas presas (aunque pizarrosas un tanto desprendibles frente a la fuerte presión) de unos 55 ó 60 grados, termina en convertirse en una arista afilada, horizontal (equilibrio), frente a una proa que tendremos que superar. Son solo 4 ó 5 metros verticales de giba en la arista, sin paso alternativo por ninguno de los dos lados; es el paso clave de la escalada (III), expuesto y aéreo.

Después todavía quedan unos 100 metros de cresta aérea, pero más regular y con la dificultad limitada a II como máximo.

Un pequeño mogote -más que gendarme- a pocos metros de la cima, constituye la última dificultad (II) reseñable por el hecho que supone tener que exponerse al vacío con un poco más de intensidad, si cabe, que en los últimos metros precedentes.

La cima (2.618 m) tiene una panorámica de primer orden.

La bajada hasta la cuenca de los lagos, por la canal que indiqué antes, hay que tomársela con paciencia y mucha atención, porque aunque el factor del vacío queda muy encajonado y escalonado, los pasos obligados también están entre el II y el III grado, ¡en bajada!.

Los poco habituados deberán encordarse con alguien experimentado.